Fase 1. La experiencia del entorno.
1.1 Dibujo habitación:
1.2 Descripción del espacio:
Este espacio es un lugar luminoso y en gran medida amplio debido a la antigüedad del edificio, y comparándolo con las habitaciones y las medidas establecidas en los edificios nuevos, aún que los techos no son tan altos como deberían, ya que por obras y reformas previas, hay un doble falso techo. En la habitación encontramos una cama de grandes medidas, aún que no llega a ser una de matrimonio; por otra parte hay cuatro muebles de almacenamiento; dos llenos de libros, otro de recuerdos y regalos, y el último bajo la mesa, con cosas varias y no muy bien organizadas. También aparece un espejo apaisado bastante grande, con un marco negro mate, en el que se apoya una lampara que ayuda con la iluminación. Conforme al espacio y los materiales, la habitación contiene un pilar tras las puerta, pero escondido por el armario empotrado; así como una ventana amplia por la que se ve la copa de los árboles de la calle. Toda la pared está forrada por el famoso gotelé.
1.3 Preguntas:
- ¿Porque has elegido este lugar?
En gran parte porque es el espacio en el que más tiempo paso, por consecuente, el que mejor me se de memoria, aún que tampoco sea un diseño muy complicado. Es donde duermo, trabajo, me visto y me preparo para el día a día, es mi escondite en días malos, y mi lugar seguro. Por otro lado, he escogido el espacio porque dentro de poco haremos una demolición, y ya no existirá tal y como lo conozco, más bien tendré que volver a decorarlo por completo.
- ¿Que te hace sentir a gusto? En si todo el conjunto. Para empezar el saber que es mi habitación y que es el lugar dónde puedo estar a gusto; también la calidad de la luz y el clima a lo largo del año, pero más aún en invierno, debido al sol directo por la tarde. Por último, hablando de objetos, me transmite tranquilidad el ver la librería, todos los libros bien organizados, el poder verlos y recordar todas mis lecturas; al igual que mi cama, con el edredón blandito y el cabezal acolchado.
- ¿Existe algún elemento molesto? Tan solo encuentro dos elementos molestos: El armario, que por su dueño anterior, no tiene puertas, tan solo una cortina; y las paredes, el gotelé no es ni muy estético ni agradable al tacto.
- ¿Crees que te sentirías igual en otro espacio ahora mismo? No considero que nada se pueda comparar a la habitación de uno mismo, donde conciliamos el sueño; pero por otra parte, no descarto el sentir la misma tranquilidad en cualquier espacio natural y tranquilo.
- ¿Piensas que las condiciones de este espacio influyen sobre sus ocupantes? Considero que si, como por el diseño, la disposición del espacio, etc… todo ello puede afectar tanto al bienestar físico como mental sobre sus ocupantes.
- ¿Cómo? Por ejemplo con la iluminación; no afecta igual la luz natural que la artificial, la primera de ellas puede aumentar la producción y mejorar el estado de ánimo, mientras que la segunda puede causar fatiga o afectar a la concentración. Por otra parte también influye el orden y la limpieza, ya que un espacio lleno de objetos sin un orden puede ser abrumador y llegar a distraer. Al igual que estos dos hay varios factores más, como el mobiliario, los colores y la decoración, el ruido,… En el caso de la iluminación, considero que en esta habitación entra una gran cantidad de luz, dando una sensación de bienestar y calidez que te familiariza con el entorno. Hablando del orden y la limpieza, si que es cierto que mi habitación, la mayoría del tiempo se pasa desordenada (mi madre seguro que lo puede confirmar), pero cuando lo esta, os aseguro que la percepción cambia totalmente y para bien.
- ¿Cambiarías alguna cosa? Ahora que se que vamos a realizar una reforma y sabiendo las posibilidades que esto trae, si que cambiaría alguna cosa. Empezando por la distribución del mobiliario; pasando por cambiar el diseño de las paredes, el gotelé por revestimiento más moderno o menos incómodo; y ya de paso eliminando los falsos techos, aumentando la altura, y con ello la sensación de más espacio.
Fase 2. Peter Zumthor “Atmósferas”
Este texto titulado Atmósfera comienza hablando sobre la realidad arquitectónica, sobre su significado. El autor propone entenderlo cómo la medida en la que un edificio te conmueve. A mi parecer cada edificio es tan personal como universal, asemejando a los cuadros, puesto que ambos son arte. El autor de cada obra la crea con un propósito, un sentido, pero me fascina la medida en la que cada uno puede verlo de una forma distinta, la presencia de cada creación que se puede llegar a captar mediante una imagen.
A continuación habla del término atmósfera y todo lo que conlleva, empezando por las primeras impresiones y que personalmente nunca hay que fiarse de ellas. A mi parecer, es verdad que con el paso del tiempo te vas percatando de detalles que marcan la diferencia, y que en algunos casos, las primeras impresiones son más verdaderas que falsas; pero soy de las que opinan que las segundas oportunidades son importantes. Todo ello al igual que con un edificio, antes de juzgar, interesante por toda su composición y todo lo que hay detrás del telón.
La concepción de las cosas, espacios, personas,…..en general todo lo que nos envuelve; nos lleva a entender espacios, la presencia de las cosas; y todo ello acaba generando sentimientos, emociones, un estado de ánimo. En resumen, todo está dentro de ti y en tu manera de percibir tu entorno. Me parece esencial entender estos conceptos, al igual que a Peter Zumthor, ya que como expresa, una de las tareas de los arquitectos es la relación entre el pensamiento de las personas y de un edificio, la magia que se genera, el control de las emociones, de crear experiencias. Como dice él: “la magia de lo verdadero y de lo real”
El proceso de la creación de una atmósfera es un proceso artesanal que requiere técnica y sensibilidad. Peter reconoce que su enfoque en la arquitectura es profundamente personal, moldeado por su propia sensibilidad y visión, y comparte que su trabajo es el resultado de una serie de procesos y herramientas que lo guían en la creación de esas atmósferas tan especiales. En resumen, la tarea de crear ambientes arquitectónicos es tanto un desafío artístico como técnico, profundamente conectado con la experiencia y el carácter individual del arquitecto. A mi forma de ver, esa es tanto la dificultad como la belleza del trabajo de arquitecto, poder combinar ambas modalidades, la artística y la técnica, poder fundirlas en una misma estructura y poder generar todo lo que uno desee en la mente de las personas.
Acto seguido, el arquitecto muestra el concepto de «cuerpo de la arquitectura». El, al observar la estructura de un granero, con sus vigas y materiales, percibe en ellos una especie de «anatomía» que le revela el primer secreto de la arquitectura: la capacidad de reunir materiales del mundo para formar un espacio que tiene una presencia tangible. Y considero que tiene todo el sentido del mundo, la relación entre la anatomía de un cuerpo, con todas sus capas y componentes, es similar la estructura y las partes de un edificio. Todos los materiales que se unen en unos metros cuadrados, y todos los agentes que interviene. De pequeña en el colegio, estudiando biología, me acuerdo que los profesores nos ponina un video que mostraba todos los glóbulos, glándulas, etc… muchas células del cuerpo que ayudaban en su construcción y todos los procesos del ser humano; prácticamente igual que en un edificio, con los promotores, arquitectos, albañiles, y muchos mas. Un aspecto que me parece muy importante a destacar de lo escrito por Zumthor, es la versatilidad de los materiales. Pienso en el pasado, y lo mucho que hemos avanzado en ese aspecto, con la aparición y creación de tantos elementos y materiales, que hasta llegas a pensar que estos no tienen límites: al ser transformados, cortados o pulidos, cambian constantemente, y cada elección lleva consigo un misterio que se revela solo al interactuar con ellos en la realidad. También me da la sensación de que es importante nombrar la expresión de vibrar juntos, refiriéndose a los materiales y la relación que deben de tener, ni muy distantes ni muy unidos.
Como tercer símbolo, Zumthor habla sobre el sonido del espacio; dónde cada espacio actúa como un instrumento que amplifica y transmite sonidos, influenciado por la forma y los materiales que lo componen. Sumando así el punto anterior y hablando de algo que me interesa mucho, cómo cada espacio polar su forma y material puede atrapar de una manera u otra el sonido, al igual que expulsarlo. No era consciente que la madera de abeto o el hormigón podían cambiar tan notoriamente la acústica de un lugar.
Cada espacio maneja sus propios sonidos, cambiando con la aparición del ser humano, con su caminar o sus conversaciones; pero lo que a mi parecer hay que remarcar, es el momento del silencio, el poder apreciar la belleza del sonido para mostrar así la del edificio y poder apreciar mejor todos los detalles.
En quinto lugar aparece la temperatura del espacio y cómo el arquitecto debe controlar la climatología especial del lugar en el que se va a edificar. Sinceramente encuentro un gran problema a la hora de trabajar este punto; el cambio de las estaciones. No es fácil a mi parecer que un espacio se mantenga con una temperatura similar tanto en invierno como en verano; a no ser que las temperaturas no varíen, como en las Islas Canarias. En mi habitación, en invierno entra un sol y se crea un ambiente super cálido, en cambio, en verano hace demasiado calor.
En este fragmento, el arquitecto reflexiona sobre el impacto de las cosas en los espacios donde vive la gente. Cada vez que entra en una casa, se siente impresionado por cómo los objetos conviven de manera cariñosa y armoniosa con el entorno. El arquitecto se plantea si la tarea de la arquitectura es crear un espacio que contenga y acoge esas cosas, permitiendo a las personas tenerlas consigo; y aquí se me vino a la mente la profesión de interiorista, aquella persona que debe unificar todos estos aspectos; al diseñar, debe considerar no solo el presente de los espacios, sino también su futuro, ese sentido de ‘hogar’ que debe existir más allá de su propia visión, y la importancia de que los objetos tengan su lugar justo en los edificios.
En lo sucesivo, reflexiona sobre cómo el movimiento dentro de un espacio arquitectónico puede ser una experiencia de sosiego y seducción. A diferencia de la arquitectura que simplemente organiza y guía, él busca crear una atmósfera que permita moverse con libertad, similar a una experiencia musical o temporal, dónde el movimiento en el espacio no debe ser forzado ni mecánico, sino que debe inducir a las personas a explorar y descubrir, sin sentirse conducidas o atrapadas. En cada caso, supongo que los arquitectos querrán mostrar una cosa, dejando una completa libertad para la visita del espacio, o en alguna ocasión, dando alguna directriz para mejorar esta experiencia. En este punto aparece el cine, un espacio donde la calma y el sosiego debería de reinar, claro está, dependiendo de la película; pero esto me lleva a ver el cine igual que el: Una serie de secuencias que deben acompañar al usuario a lo largo de la estancia, estimulándolos de la manera adecuada en cada escena. Pensar en ello me hace recordar las; todo mi alrededor siempre ha estado de acuerdo en que el cine no se siente igual si lo ves en tu casa como si fueses a un cine.
El séptimo fragmento explora la tensión entre interior y exterior en la arquitectura, un tema que le fascina profundamente. Reflexiona sobre cómo la arquitectura «arranca un trozo del globo terráqueo» para crear una pequeña caja que define un espacio cerrado, lo que genera una distinción fundamental entre el «dentro» y el «fuera». Esta división da lugar a umbrales y espacios de transición, que crean una sensación única. Aparece también el juego de lo público y lo privado; la fachada de un edificio, puede comunicar al exterior algo sobre su identidad, pero al mismo tiempo oculta lo que está en su interior, creando una distancia intencionada entre lo visible y lo oculto.
Seguidamente, Zumthor reflexiona sobre los grados de intimidad en la arquitectura, que tienen que ver con la proximidad y la distancia entre el ser humano y los elementos arquitectónicos. Habla del tamaño, la masa y la proporción de los elementos arquitectónicos en relación con el cuerpo humano. Ejemplifica esto con detalles como el tamaño de las puertas, los márgenes de los muros y las columnas de los edificios, que pueden hacer que una persona se sienta más imponente o, al contrario, intimidada, dependiendo de su escala. Me parece un punto interesante el poder diferenciar lo que transmite el exterior del interior, pudiendo crear sensaciones completamente distintas; así como también observar un edificio en conjunto con su entorno, un grupo, o como uno solo.
El último punto que Zumthor destaca es la luz sobre las cosas. La creación de sombras, pudiendo transformar espacios a tu antojo; el poder llegar a ocultar algo, solo ofreciendo al espectador lo que tu desees.
En conclusión, Peter Zumthor destaca dos ideas clave para el entendimiento de la ‘atmósfera’. La primera es pensar el edificio como una masa de sombras desde el principio y luego crear espacios para las luces que se quieren instalar, en lugar de hacerlo al final. La segunda es elegir materiales en función de cómo reflejan la luz, para que todo encaje armónicamente con la iluminación. Personalmente siempre he agradecido los espacios donde todo se une armoniosamente, los materiales, la luz natural, la amplitud, etc…
Y por último se añaden tres apéndices más personales para el autor: El primero es su visión de la arquitectura como entorno, donde los edificios se convierten en parte del entorno vivido por la gente, recordados incluso después de años, y apreciados por su valor emocional. El segundo, sobre la coherencia, defiende que lo más importante es que el edificio sea coherente con su uso y contexto, más allá de la forma, lo que debe llevar a que el uso y la forma se integren perfectamente. El tercero, la forma bella; la importancia del resultado final, aunque no se estudie en su conjunto, si este no queda bien, ha de repetirse el proceso.
Cómo alumna me gustaría destacar el proceso de creación y edificación, como todas las piezas a medida que se avanza van congeniando, uniéndose y cogiendo forma; todos los componentes que conforman una casa, una oficina, un cine… todo aquello de lo que no somos conscientes, cada detalle como el suelo, los techos, cada intersección, cada enchufe y cada tubería. En general, todos los detalles que hacen de un edificio una obra de arte.
Fase 3. Composición gráfica